Colas de 1.200 camiones en Porto Velho aumentan el flete y exponen problemas logísticos en las exportaciones de soja.
El retraso en la descarga de granos impacta directamente en los costos de flete, que podrían subir hasta un 15%, según una consultora; Las inversiones en modernización de infraestructura y equipos son esenciales para optimizar el flujo de descarga
El flujo de la cosecha de soja 2024/25 en Rondônia enfrenta un escenario crítico, con colas de hasta 1.200 camiones por día en el puerto de Porto Velho, principal punto de salida de la producción agrícola del estado y parte del noroeste de Mato Grosso. El retraso en la descarga de granos impacta directamente en el costo del flete, que puede subir hasta un 15%, según Olivier Girard, presidente de la consultora Macroinfra, al portal Transporte Moderno.
La falta de capacidad en las terminales fluviales es un factor clave. Muchas de estas terminales son antiguas y operan con limitaciones. La terminal operada por Amaggi y la otra por Cargill, por ejemplo, cuentan con cargadores de barcazas con una capacidad de entre 220 y 500 toneladas por hora, insuficiente para manejar el volumen actual de soja, analiza.
Según el consultor, las largas colas son el resultado de una combinación de factores. Veníamos de una grave sequía el año pasado, que redujo el movimiento en las terminales y provocó una acumulación de carga en los almacenes. Ahora, con los ríos más caudalosos, la demanda de transporte ha crecido, pero la infraestructura no ha podido seguir el ritmo de este incremento, afirma.
Irani Bertolini, presidente de Transportes Bertolini y vicepresidente de Logística de NTC & Logística, destaca otro punto: «Tenemos una cosecha de soja excepcional, y los agricultores necesitan cosechar rápidamente para sembrar maíz a continuación; de lo contrario, perderán la temporada de lluvias. Esto genera un retraso en el puerto, ya que cosechan, limpian, secan, cargan en camiones y envían la carga. Además, los convoyes que deberían transportar la soja tardan más en remontar el río Madeira debido a la fuerte corriente».
Bertolini dice que hay dos problemas principales. Lo primero es la excelente cosecha de soja, que debe recogerse y enviarse rápidamente para poder plantar el maíz a tiempo. La segunda es la situación del río Madeira, que se encuentra en un nivel muy alto, llegando a alcanzar los 16 metros o más, cuando en la estación seca rondaba los 2,5 metros. La fuerte corriente, de 7 nudos, retrasa los convoyes que suben a Porto Velho a cargar la soja, aumentando el tiempo de viaje en dos o tres días en comparación con períodos de aguas más tranquilas.
Sin embargo, cree que la situación volverá a la normalidad a finales de mes. Bertolini tiene entre 80 y 100 barcazas para cargar, lo que representa entre 300.000 y 2 millones de toneladas de soja. Además, hay otras empresas operando, como Cargill, que cuenta con 15 barcazas, explica.
Menciona también que la crecida del río ha alcanzado niveles históricos. “Una inundación de esta magnitud sólo ocurrió en 2012”, señala. Los puertos, según Bertolini, tienen la estructura para manejar volúmenes aún mayores, pero el problema está en la llegada de los convoyes. El único obstáculo en la zona portuaria de Porto Velho es el acceso a los puertos. El gobierno necesita mejorar esta infraestructura.
Un ejemplo que citó es el camino de tierra de Cujubim, que tiene entre 10 y 12 kilómetros de largo y debería haber sido pavimentado hace años. Todavía no lo han hecho, y con la lluvia hay mucho lodo. A veces, es necesario usar maquinaria de movimiento de tierras para tirar de los camiones.
El problema de acceso también se repite en otras regiones. “En Miritituba, sureste de Pará, por ejemplo, 5.000 camiones fueron detenidos, bloqueando más de cinco kilómetros de camino de tierra, imposibilitando el tránsito”, relata.
Además de los desafíos logísticos, existen costos adicionales. Cuando hay un retraso, es obligatorio pagar la tarifa diaria de los camiones. Las empresas comercializadoras contratan estos vehículos porque tienen un acuerdo con los agricultores para retirar la soja. Si los camiones se retrasan en la descarga, el flete aumenta porque, en lugar de transportar la mercancía, se quedan atascados en la cola.
Así, al igual que el consultor Girard, Bertolini también estima que los fletes ya han aumentado alrededor del 15% debido a la falta de camiones y al impacto de la excelente cosecha. “El tiempo de descarga en sí no es el problema: un remolque doble descarga en 10 minutos. El problema es la falta de espacio para almacenar esta soja”, señala.
Impactos económicos
Con camiones parados hasta seis días esperando para descargar, los costos logísticos aumentan considerablemente. “Si un camión está parado seis días, pierde una cantidad importante de viajes al mes, lo que reduce su rentabilidad”, explica el CEO de Macroinfra.
Además del impacto financiero, la ineficiencia logística compromete la competitividad de la soja brasileña en el mercado internacional. “Estamos perdiendo terreno frente a Argentina y Estados Unidos, que tienen una logística más eficiente”, advierte Girard.
En una nota enviada al portal Transporte Moderno, Amaggi, una de las principales comercializadoras de soja de Brasil y operadora de dos terminales en Porto Velho, informó que ya había previsto un aumento del 15% en el volumen de carga en comparación con el año pasado y que está ajustando sus operaciones para atender esa demanda. “El aumento de volumen, combinado con la concentración generada por el retraso en la cosecha, impone desafíos logísticos adicionales, pero estamos afrontando estos problemas con el apoyo de todo el equipo”, destaca la empresa.
El comunicado refuerza que la carga de camiones de Mato Grosso y Rondônia sigue un cronograma previamente establecido por Amaggi y que sus unidades portuarias en Porto Velho están siendo adaptadas para atender el crecimiento del flujo de granos. El aumento de la demanda fue impulsado por el retraso en la cosecha de Rondônia, consecuencia de las condiciones climáticas adversas. Si bien el escenario puede generar posibles retrasos, la empresa asegura que no se esperan impactos significativos en el flujo de producción a través del corredor logístico.
Perspectivas y soluciones
La solución al problema pasa por inversiones en infraestructura, según la consultora Macroinfra. Girard aboga por la modernización de las terminales y la ampliación de la capacidad de carga. “Necesitamos sustituir equipos antiguos, como los de carga y descarga, y mejorar la estructura de recepción de camiones para agilizar el flujo de descarga”, sugiere el CEO de Macroinfra.
Bertolini, a su vez, refuerza la necesidad de mejorar el acceso terrestre a los puertos. Hay tramos de terracería que dificultan el acceso de los camiones, sobre todo en épocas de lluvia. Sin inversión gubernamental, la situación se repetirá —critica—. También aboga por pavimentar y ampliar las vías de acceso a las terminales para facilitar la circulación y reducir los tiempos de espera. “El problema no está sólo dentro del puerto, sino también en los alrededores, donde la infraestructura vial es precaria e insuficiente para el creciente flujo de carga”, añade.
Otro punto importante es el dragado del río Madeira, esencial para garantizar la navegabilidad. “El gobierno está en proceso de otorgar una concesión para el mantenimiento de la hidrovía, pero aún está en fase de audiencia pública”, concluye Girard.
Fuente: Aline Feltrin, Foto: Site Deportes y Noticias. Gerardo Grosso