Gerardo Grosso. En la sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta, dependiente
del Ministerio de Cultura porteño y
ubicado en Junín 1930, quedó
inaugurada la muestra “Vivir en la
tierra”, del fotógrafo Andy Goldstein, que podrá
visitarse hasta el 2 de junio de martes a domingo de 14 a 21 con entrada
libre y gratuita.
Las 60 obras del fotógrafo argentino
Andy Goldstein documentan, con una cuidada gramática visual, las precarias
condiciones sociales y económicas de los más de 174 millones* de habitantes que
habitan en asentamientos informales en Latinoamérica.
La vivencia personal de cada uno de
los retratados se proyecta en escenas en las que cada uno de ellos ha elegido
cómo y dónde posar. Estas obras muestran no solo la vivienda sino, sobre todo,
la vida de quienes la habitan. En los objetos que ilustran el día a día se
expresan las carencias, las esperanzas y el paradójico arraigo del
desarraigado.
La técnica empleada es la del
"Panorama": una compleja tecnología digital de última generación que permite
ofrecer en imágenes de gran formato un alto nivel de información visual, con
gran finura de detalles.
Estas fotografías se han tomado
gracias al apoyo económico de la Fundación Ford y a la colaboración de la
Organización TECHO, quien ha facilitado la entrada a estos asentamientos y ha
puesto al artista en contacto con sus habitantes.
Néstor García Canclini, en el prólogo
de Vivir en la tierra, se pregunta acerca de los habitantes de las villas “… ¿A
qué se debe la violencia de sus reacciones en algunos casos? ¿Cómo viven en esas
condiciones distintas generaciones? ¿Cómo se ven a sí mismos? Las fotografías
tomadas por Andy Goldstein en asentamientos populares de 14 países
latinoamericanos dan información valiosa para responder estas preguntas. Al
entrar en las casas, accede a la cotidianeidad propia de esos pobladores. Al
dejar que ellos elijan dónde ubicarse y cuándo pueden ser fotografiados, nos
hace participar de su mirada. Las fotos amplias, minuciosas, de Goldstein no se
ocupan de la vastedad en apariencia uniforme de la villa, sino de la acumulación
de penurias y de objetos con que cada familia viene intentando desde hace mucho
suplir lo que le falta. Revelan que más que emergencia se trata de privación
sistemática...”
* según datos de la CEPAL (año
2011)
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