Gerardo Grosso. La Dirección General Patrimonio e Instituto
Histórico del Ministerio de Cultura
porteño inauguró hoy en el Espacio
Virrey Liniers, Venezuela 469, la exposición “Los misterios de un naufragio en el Río de la
Plata”, con los objetos del
barco español del siglo XVIII hallado el 29 de diciembre de 2008 en Puerto
Madero.
Durante el acto
de inauguración oficial, el Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Hernán
Lombardi, expresó: “Ha sido muy valioso el trabajo de nuestros especialistas
después del hallazgo de este navío y estamos seguros de que serán muchísimos los
vecinos y turistas que van a disfrutar de esta
exposición.”
Se encontraban presentes también la
Directora General de Patrimonio e
Instituto Histórico, Liliana Barela, y el arquitecto especializado en arqueología
subacuática Javier García Cano, a cargo del proyecto pecio de Zencity-Puerto Madero.
La exposición
estará abierta al público a partir de hoy hasta el 2 de
diciembre de martes a domingo de 14 a 19, con entrada libre y
gratuita.
Del total de
objetos encontrados en el navío se destacan cuatro cañones hallados en posición
de estiba en la bodega del barco (por lo que se deduce que eran traídos al
Puerto de Buenos Aires para ser comercializados); una importante cantidad de
botijas enteras y fragmentadas de diferentes capacidades y modeladas con el uso
de torno, y objetos de uso cotidiano como pipas, utensilios de labranza y
personales que formaban parte de la carga.
También se
hallaron elementos de fijación, consistentes en clavos, tachuelas y pernos de
ligazón, componentes fundamentales en la construcción naval. Todos los elementos
analizados son de hierro forjado.
El proyecto pecio
Zencity
La arquitectura naval española del siglo XVIII es un tema
actual de gran importancia en lo que se refiere a los buques de guerra. La
situación es la inversa respecto de las naves construidas para el comercio, a
las que se denomina mercantes.
El siglo XVIII es
el momento de mayor desarrollo científico y sistematización internacional de los
procesos de producción para la arquitectura naval de Occidente.
Como situación
previa a la Revolución Industrial, es el período en el que las tradiciones
familiares de los carpinteros de ribera de cada cuenca europea comienzan a
mezclarse con las determinaciones científicas que definirán cómo debe ser un
buque desde allí en adelante. Los casos de barcos construidos por carpinteros de
escaso desarrollo económico y para comitentes de poca capacidad financiera son
los de menor conocimiento preciso proveniente del acceso a los buques
originales.
Los registros
históricos y la tratadística de la época terminan igualmente no siendo
específicos respecto de un caso como el del pecio de Zencity-Puerto Madero.
Estos buques se caracterizaron por diseños muy simples, de poca complejidad en
sus líneas, y por la robustez de sus cascos. El pecio hallado representa este
tipo de embarcación de no más de 30 metros de eslora de cubierta, con una bodega
completa de proa a popa y con un diseño de máximo aprovechamiento para la carga
del espacio bajo la misma. Las características constructivas a las que nos
enfrentamos con el análisis de los restos de este pecio nos colocan ante la
evidencia de un barco mercante español que llegó a nuestro puerto durante el
transcurso de la segunda mitad del siglo XVIII.
Buenos Aires y el
puerto en el Virreynato
Hacia fines del
siglo XVIII, durante el Virreinato del Río de la Plata, el puerto de Buenos
Aires era parte de un complejo circuito comercial, tanto formal como informal, a
través del tráfico por agua y tierra.
El lugar del
hallazgo estaba entonces cercano al puerto de la ciudad y a la desembocadura del
Riachuelo, donde se formaba un banco de arena. El ingreso de los barcos para
cargar y descargar debía hacerse de manera cuidadosa, ya que el peligro mayor
era varar en el fondo blando y poco profundo del río.
A fines del siglo
XIX se planeó la construcción del nuevo puerto de Buenos Aires. Hubo muchos
proyectos, y entre ellos se aprobó el de Eduardo Madero. La obra se inicia en
1887, funcionando a pleno recién en 1897. Solo 14 años después, el puerto queda
obsoleto, dando paso a un nuevo proyecto, “Puerto Nuevo”, más hacia el norte de
la ciudad.
En 1989 el Poder
Ejecutivo Nacional y la ex Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires llevan a
cabo un plan estratégico de puesta en valor de esta antigua zona portuaria en
desuso, Puerto Madero.
El
hallazgo
El siglo XVIII es
el momento de mayor desarrollo para la arquitectura naval de Occidente, pero es
el momento menos estudiado en lo que hace al diseño naval de mercantes de porte
mediano y de navegación oceánica.
En la confluencia
de las calles Juana Manso y Rosario Vera Peñaloza de Puerto Madero se realizó el
hallazgo de los restos de una embarcación de madera a 10 metros de profundidad
en la tierra, producto de los trabajos de excavación del emprendimiento
inmobiliario Zencity. El pecio hallado aportará ese conocimiento menos
registrado en los documentos escritos.
La investigación
arqueológica sobre este hallazgo fue estructurada en lo que se denominó
“Arqueología de Rescate”, a través de la realización de dos etapas concretas y
sucesivas. Por primera vez en la arqueología argentina se tiene la posibilidad
de estudiar y analizar, a través de los restos materiales, la carga de un
mercante español llegado al puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires,
posiblemente durante la segunda mitad del siglo XVIII.
Respecto del pecio, los estudios de
Anatomía Vegetal llevan a la conclusión de que se utilizó para su construcción
el género Quercus L. (Fagaceae), que se conoce con el nombre vernáculo de roble.
La estructura completa de la embarcación ha sido reenterrada en las condiciones
en las que se conservó por tanto tiempo y bajo los estándares de control que se
exigen internacionalmente, ya que no hay opciones técnicas para mantenerlo
expuesto.
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