sábado, 6 de julio de 2013

Se presentó la “Huella Guaraní”, el Sendero Étnico-Salvaje de la provincia de Misiones



Gerardo Grosso. Se presentó en Buenos Aires la “Huella Guaraní”, el primer sendero etno-turístico de largo recorrido de la provincia de Misiones y el más largo en el ambiente de la República Argentina. Se trata de una experiencia de ecoturismo que recorre 62 km a través de 20.000 hectáreas  protegidas. El recorrido, denominado además como ”La Senda Sagrada de la Tierra sin Mal”, ofrece a sus visitantes una gran variedad de actividades que combinan turismo aventura con la preservación de las culturas originarias.
 
El subsecretario de Ecoturismo de Misiones, Magister Fabio Zappelli, participó de la presentación y explicó que “se trata de una experiencia innovadora que viene a reformar la región del Moconá y las comunidades originarias instaladas a lo largo del sendero como las aldeas y las colonias rurales de Fracrán y Colonia La Flor”. 
 
La Huella Guaraní se desarrolló en el marco de la Ruta de la Selva y como parte de la Planificación Estratégica de Diversificación Productiva del Turismo de la provincia, que busca integrar colonias, aldeas originarias y áreas protegidas para así favorecer el desarrollo económico, social-cultural y ambiental de las comunidades originarias y rurales ubicadas en el área de influencia. En este sentido, el nuevo recorrido turístico beneficiará a miles de personas, ya sea a través de la generación de actividad económica en el área, como a través de la conservación de recursos físicos y biológicos de los sistemas naturales. Dentro de sus principales objetivos se destacan: fomentar la inclusión productiva de comunidades rurales y originarias, y el trabajo mediante procesos asociativos (cooperativas) para la elaboración de productos para el turismo; formar guías baquéanos e impulsar el turismo de naturaleza, cultural y de investigación científica.
 
El recorrido se extiende por la Ruta Provincial (RP) 15, entre la RP Costera 2 “Juan Pablo II” y la Ruta Nacional 14, y su dificultad es media-alta, con una altitud que va desde los 398 a los 597 metros sobre el nivel del mar. Atraviesa la Reserva de Biósfera Yabotí, reconocida internacionalmente en 1995 por el Programa “Hombre y Biósfera de la UNESCO. La misma está compuesta por las áreas protegidas de la Reserva Natural y Cultural (ex Papel Misionero, 10.397 ha), el Área Experimental Guaraní (UNAM, 5.343 ha) y el Parque Provincial CaáYarí (IPS, 4.783 ha.). Del total del recorrido, unos 32 km son de selva misionera en gran estado de conservación.
 
El sendero también está integrado por las comunidades que provienen de las aldeas originarias de Caramelito, Pindó Poty, Jejy, Její mini, ItáChí, entre otras, y rurales como Colonia “La Flor” y Fracrán.
 
La experiencia Huella Guaraní
Para quienes buscan conocer con mayor profundidad las culturas originarias, la experiencia incluye actividades que permiten interactuar con las comunidades locales, tanto el aprendizaje de técnicas ancestrales de construcción, caza y pesca, como la adquisición de artesanías autóctonas.
 
La Huella Guaraní también cuenta con una amplia gama de experiencias que permiten conocer la diversidad y riqueza que encierra la selva misionera. De este modo, los viajeros pueden realizar actividades de cicloturismo, senderismo, 4X4, paseos fotográficos, avistaje de aves y visitas a numerosos saltos de agua escondidos en la selva. Gracias al número importante de renovales en Tacuapí, el área resulta ideal para la proliferación de la mariposa morpho, lo que permite conectarse con la naturaleza al disfrutar del avistaje de esta especie.
 
Esta experiencia se desarrolló en el marco de la Ruta de la Selva y como parte de la Planificación Estratégica de Diversificación Productiva del Turismo. Esta primera etapa, impulsado desde la Subsecretaría de Ecoturismo de la Provincia de Misiones, se origina en el marco del Programa de apoyo al Desarrollo Local, el Ecoturismo y la Conservación, para el área integrada por las localidades de San Pedro-El Soberbio y San Vicente incluyendo a la Reserva de Biosfera de Yabotí.
 
El proyecto surgió por la convicción de que el ecoturismo es una herramienta que, cuando está bien planificado, estimula el desarrollo de pequeños negocios comunitarios y la creación de empleos estables en las comunidades. Es así como se espera favorecer tanto el arraigo rural, como la actividad de baja intensidad que con mínimas inversiones logra la conservación de los recursos físicos y biológicos de los sistemas naturales.
 

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